SONNAR 2012: El año de los records

Sónar, ese festival que no deja indiferente a nadie. Ese festival con el que se bautiza con su nombre a la semana de celebración del mismo, en el que Barcelona se convierte literalmente en la capital mundial de la música electrónica, ha batido en este 2012 un nuevo récord, bueno, varios. Pero amigos lectores de OHM, no os traemos ni mucho menos, y aún un mes pasado el festival el balance de cifras del Sónar, pero sí nos hemos permitido el lujo de traeros, con un mes de retraso, lo que vivimos en primera persona durante los cuatro días que estuvimos de fiesta. Es difícil no darte cuenta que en la Sónar Week algo gordo se está cociendo en la ciudad: movimiento, turistas, flyers, pósters, anuncios en la radio, en los portales web, correos, invitaciones en Facebook, etc. Es difícil incluso en ocasiones dudar en si coger el abono o bien disfrutar de todo este abanico de fiestas alternativas que se ofrecen por todo lo largo y ancho de la Ciudad Condal. Pero rápidamente esas dudas se despejan rápidamente en el momento que empizas a pensar en el marco incomparable que ofrece Sónar de día y en el ambiente festivalero que se respira en Sónar de noche. Siempre se critica el cartel de un festival, pero seguramente ha sido este del 2012 el más cuestionado de los últimos años con nombres como Lana del Rey o Fatboy Slim, los cuales ya de por sí solos dan mucho que hablar. Pues paradojas de la vida y como ya os hemos dicho antes, ha sido este 2012 el año que Sónar ha batido su récord de asistencia, colgando el cartel de entradas agotadas, algo que los organizadores no pensaban que pudiera ocurrir. Pero bien, lo realmente interesante del festival es lo que llegas a vivir allí, lo que llegas a escuchar y a descubrir: recomendaciones, sorpresas, fiascos, esto es Sónar, con el agravante este año de las aglomeraciones, un factor que no mencionaremos más pero que estará presente en toda esta crónica.
Miércoles El miércoles de Sónar es uno de esos días marcados en fosforito en la agenda porque básicamente se realiza la que quizás es la mayor fiesta del año en Barcelona (al menos así lo considera el que escribe): estamos hablando de la Red Bull Music Academy BBQ, una barbacoa que se celebra en el Real Club Marítim de Barcelona, la cuál sólo se accede si estás apuntado en la lista y que cada año congrega a los nuevos talentos recién salidos de la academia y algunas de las viejas glorias de música de baile. Entre brochetas y jamón ibérico te podías cruzar perfectamente con el mismísimo Derrick May o Fliyng Lotus, exalumno, o bien podías ver como pinchaban Jackmaster o el mismísimo Just Blaze, leyenda viva del hip hop, el cual ha colaborado con los Beastie Boys, Kanye West o Jay-Z, ofreciendo un set de soul con temas del presente y del pasado que hicieron mover a más de uno pero sobretodo a más de una en la pista de baile. La fiesta seguía hasta alcanzar la una de la madrugada, hora de recogerse, al día siguiente empezaba el Sónar.
Jueves El principal atractivo del jueves eran el show de Daedelus, las actuaciones del showcase de Brainfeeder, la jam session de Mostly Robot y el set de Totally Enormous Extinct Dinosaurs. Los más de veinte espejos que se trajo Daedelus para su Archimedes Show fueron seguramente el principal atractivo, ya que musicalmente el de Ninja Tune no estuvo muy acertado, se pudieron notar malas ecualizaciones y alguna parada algo incómoda en medio de la sesión, toda una pena para algo que parecía iba a estar fenomenal. Del showcase de Brainfeeder pudimos presenciar algún destello como el de Thundercat y su gran domino con el bajo o bien las atmósferas que ofreció Lapalux, todo ello muy soul, ese toque característico del sello, hasta el punto de la actuación esperada, la del capo: Flying Lotus, srtista que se ha convertido en cuestión de muy poco tiempo en una super star de los escenarios y festivales. No fue precisamente una de sus mejores actuaciones, empezando muy animado hasta el punto que se le empezó a notar distraído, parecía que algún problema técnico podía estar sufriendo, pero al final resultó ser que nadie le traía un whisky con naranja, así que muy enfadado, no le quedó otra que pedirlo por el micro. El resto de la historia no la pudimos ver ya que entre idas y venidas del SónarDome al SónarHall acabamo por poder ver una parte de la jam session que tenían montada Jamie Lidell, Tim Exile, Jeremy Ellis, Mr Jimmy y DJ Shiftee, toda una muestra de cómo pueden combinar cinco artistas con sus respectivas especialidades como si de una banda se tratase. Poco pudimos presenciar ya de Totally Enormous Extinct Dinosaurs, pero lo poco que vimos nos gustó mucho, incluso el original disfraz (según el mismo) de dinosaurio
La llamada al concierto inaugural de New Order había llegado, nos apresuramos para llegar a tiempo, más de 20.000 personas iban a llenar lo que conocemos como el SónarCLub, el escenario estrella del Sónar de noche en la Fira de Gran Via. Los de Manchester fueron puntuales y las 22.00h comenzaba un concierto que duraría dos horas y en el que el repaso a todos sus grandes hits dejaron satisfechos a sus fans, sobretodo con el esperado bis de Joy Division. “Bizarre Love Triangle”, “True Faith”, “586” y sobre todo los esperados “Blue Monday”, “Transmision” y “Love will tear us apart”, siendo estos dos último temas de Joy Division, fueron algunas de las joyas que pudimos escuchar.
Viernes La hora de llegada al Sónar de día va aumentando a medida que avanza el festival, así que el viernes llegamos justo para la actuación del que dicen que tiene una de las mejores maletas del mundo: Trevor Jackson. Actuación algo incómoda que puso en evidencia algún problema técnico en el SónarVillage. Nos hizo ir a ver a la novia de Rustie, que actuaba en el SónarDome: Nightwave, o la nueva Jackmaster como la bauticé al escuchar el set cargado de sonido Chicago y Detroit hasta que empezó a hacer gala de su relación abrumando al personal con el dubstep más agresivo para dar paso a la segunda actuación de FlyLo, sí Flying Lotus, esta vez en el escenario de la RBMA. El exceso de calor (no hablaremos de lo que no hemos dicho que hablaríamos) hizo que no aguantáramos, de nuevo, de su actuación. En un Village mucho más fresco y despejado pudimos disfrutar y de que manera de la sesión de techno, sí, technazo vamos, a cargo de Daniel Miller, el capo de nada más y nada menos del sello Mute. Otra de las actuaciones marcadas en fosforito era la de Mouse on Mars, los cuales demostraron que siguen siendo un valor seguro en ese concepto que ellos entienden como electrónica, hip hop, ambient e IDM. Otra exalumna de la RBMA había creado expectación, y es que Nina Kravitz quería demostrar que no sólo hay que ser guapa y saber pinchar sirven para triunfar en este mundo, sorprendiendo a más de uno al verla cantar en un tono mucho más tranquilo que sus sesiones.
La noche empezaba con el show ISAM de Amon Tobin, todo un gran espectáculo y un despliegue enorme de infraestructura y tecnología, pero quizás y bien avisados que íbamos, algo monótono en lo musical. Decidimos ir a ver a otras de las promesas tempranas de la noche: Nicolas Jaar, otro de los nombres de moda actuales y razón no le falta, ya que con su temprana edad, sus trabajos y actuaciones dejan constancia de lo inmenso que puede llegar a ser este artista, así que recordemos su nombre. Esto nos sirvió para abrir boca de la que iba a ser la actuación más impresionante (musicalmente hablando y siempre de manera subjetiva) de las dos noches de Sónar, hablamos de Coyu, el cual es todo un conocido de la ciudad y para el que no lo conocía, seguramente le entró por la puerta grande con su techno sin concesiones y dejó al personal hecho trizas para el recibimiento de Richie Hawtin, que con una intro muy prometedora en la que se pudo escuchar samplers de su mítico Spastik poco a poco fue convirtiéndose en la sesión lineal de minimal facilón y aburrido el cual hizo que aguantáramos veinte minutos en el Sónar Club.
Friendly Fires fueron otra grata sopresa de la noche ofreciendo una mezcla entre indie, pop y electrónica, no quizás tan electrónico como sonaron Simian Mobile Disco, de los cuales podemos asegurar que fueron una de las decepciones del festival, ofreciendo dentro del marco del showcase de la BBC Radio One una sesión algo monótona y descafeinada, está claro que la pareja ya suenan como sonaban hace unos años. La traca final de la fue de órdago con el set de techno de Untold con un escenario bastante vacío (pero con Jackmaster y Flying Lotus como público de excepción) para dar paso al gran show epiléptico de Squarepusher, presentando el que es su nuevo trabajo Unfabulum. No había tiempo para mucho más y la decisión de cerrar el viernes en el Sónar Pub quizás no fue la acertada, Fatboy Slim estaba ofreciendo el espectáculo más circense que recuerdo del Sónar en muchos años, pero en según que momento fue incluso divertido, tirando de hits de Donna Summer, Rolling Ston o Beyoncé.
Sábado Como comento más arriba, la hora de llegada del sábado día fue a última hora, perdiéndonos actuaciones muy grandes como las de Lenticular Clouds, Cornellius presents Salou x salyu o xxxy, pero llegando para la que habíamos marcado como imperdible: Dj Harvey. Harvey es ese tipo de dj’s que cualquier dj quiere ver, cualquier dj que tenga una trayectoria dilatada o cualquier clubber que tenga un poco de cultura sabe quién es y sabe lo que cuesta de ver. Sólo Dj Harvey es capaz de ofrecer un set con un monitor de pc y una Bozak, con cd’s y tirando de ristra de temazos como Crispy Bacon o The Skay Was Pink, puso al Dome patas arriba, ofreciendo unos de los sets más divertidos que recuerdo en un cierre de Sónar de día. Llegamos tarde, vimos y triunfamos, sin duda.
Por la noche nos esperaba un cartel algo peculiar, con directos tan potentes como los de Hot Chip o Modeselektor, la decepción de Deadmau5 o el gran y esperado cierre de Laurent Garnier. Empezamos la noche con la nueva chica de moda del house europeo: Maya Jane Coles, que con una sesión algo lineal se podía palpar su joven trayectoria, pero nos sirvió para calentar e irnos directamente a ver a Hot Chip, conocidos por todos, el grupo mantiene fiel su estilo y ofrecieron un gran concierto con el Sónar Pub a rebosar, repasando grandes éxitos de su nuevo trabajo In Our Heads y de los anteriores como Ready For The Floor o Over And Over. De allí nos dirigimos a ver la gran decepción de la segunda noche: Deadmau5, con un espectáculo imperial, una cabina del siglo que viene pero con una música mainstream, lineal, repetitiva y aburrida, es escuchar un tema y ya has escuchado todos, en algún momento despuntando alguna melodía y poco más. Descafeinado para ser todo un cabeza de cartel sin duda.
Nuestro último tramo estaba marcado por el directo de Modeselektor y el cierre de Laurent Garnier, siendo las que quizás fueron las mejores actuaciones de la noche, los primeros hacía años que no los veía y la sorpresa fue mayúscula, directazo de alto voltaje, 4x4 y bajos infernales, mezclando estilos a la perfección y con un gran escenario con grandes visuales, dejaron el Sónar Pub patas arriba para recibir al Chef, a monsieur Laurent Garnier, ofreciendo su ya conocido L.B.S. junto a su compañero de batallas y de estudio Scan X, ya que Rippert se encontraba de baja. Pero esto no fue motivo para que el francés, que había empezado con retraso, hiciera uno de los grandes cierres de la historia del festival, alargando la velada casi hasta las 07.30 horas de la mañana y deleitando al personal con una sesión repleta de grandes temas del hoy y del ayer que han acompañado en la trayectoria legendaria de Garnier: Gnanmankoudji, The Man With The Red Face, I Feel Love ¿y el Crispy Bacon?, me preguntaba un colega, ¿qué lo pondrá? Viendo que la hora de cierre se acercaba, a la que le contesté: tranquilo. Y así fue, a plena luz del día, ese bacon empezó a crujir y de qué manera, poniéndonos a todos los presentes la sonrisa en la boca, y es que habíamos sido partícipes de un gran cierre, del cierre del Sónar de los récords, del cierre del Sónar 2012. Hasta el año que viene.

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